5 jul 2011

Finde 004: Cannes

Hola amig@s!
Tras un largo parón viajero, reactivo este blog para contar el último viaje que he podido disfrutar. Realmente todo empezó en enero de 2011, que conseguí ganar un concurso de publicidad organizado por MPG cuyo premio era un viaje al Festival de Cannes (más conocido como Cannes Lions Festival), aunque hasta junio que se celebraba no pude ir.

El concurso consistía en crear una pieza de publicidad exterior con temática libre (cosa que me gustó, ya que así se daba rienda suelta a la creatividad), y cuando lo conocí estuve pensando qué podría presentar que llamara mucho la atención. Se me ocurrió una cosilla que presenté y que por suerte el jurado valoró positivamente, concediéndome el honor de ganar el premio del viaje a Cannes.

Acudí a Madrid a recoger el premio en una ceremonia que me encantó y que siguió al día siguiente el Foro PEX, en el que se daban cita anunciantes y los principales exclusivistas de publicidad exterior. Una jornada en la que pudimos aprender bastante.


Volviendo al viaje, el premio me lo pagaba desde Madrid, así que desde Sevilla tenía que buscarme la forma de llegar. En principio me iba a ir con Socibús, un trayecto en un moderno autobús que cuesta cerca de 40€ ida y vuelta (más o menos según se compre en ventanilla o en internet) y que dura 6 horas. Aunque se dio la casualidad que justo cuando iba a comprarlo surgió una reunión de trabajo en Madrid y la empresa me pagó un AVE que salió por 125€ ida y vuelta (incluyendo el descuento de la tarjeta Euro26) y tardó 2 horas y media en llegar. La diferencia en coste y tiempo es considerable, si lo quiero hacer queriendo no lo cuadro tan bien.

Ya que fui a Madrid aproveché y pasé un par de días allí, para al tercero madrugar e ir al aeropuerto y volar hacia Cannes. Desde Madrid cogí la línea 8 del metro y pagué el suplemento de un euro que corresponde a ese servicio.

En el aeropuerto desayuné en un bar de la T4 decorado con publicidad de Mahou en el que me clavaron cobraron 8,65 € por un bocadillo de jamón y camembert no muy grande y una botellita de medio litro de Aquarius. A pesar del precio, tenía bastante hambre y me supo a gloria el desayuno, todo hay que decirlo.

Cogí un avión hacia la ciudad francesa de Niza, situada en la Costa Azul. El avión era de los de Air Nostrum de Iberia, que aunque no me costó nada porque era parte del premio, pude ver en los papeles que había costado 319€ ida y vuelta. Cuando fui a facturar la empleada que me atendió me ofreció ir en ventanilla o pasillo (lo cual me agradó y elegí ventana), pero cuando le pedí si podía ponerme en salida de emergencia (como soy alto para poder estirar bien las piernas), su contestación fue “este avión no tiene salida de emergencia en el centro”. Era la primera vez que escuchaba esto, pero bueno, me lo creí. Al subir al avión no solo no me había puesto en las de emergencia (que sí existían), sino que me puso en la última fila dando el respaldo con el servicio (no podía tumbarlos un poco para dormir) y soportando el ruido del motor en la cola del avión durante todo el trayecto. No me gustó el detalle, la verdad. Lo bueno del viaje fue que casi al final repartieron zumo de naranja y galletitas para picotear un poco.

Llegar de Niza a Cannes

Tras dos horas de viaje, el avión aterrizó en Niza, en el aeropuerto Costa d´azur. Nos recogió un autobús en la pista desde el que vi como el encargado de bajar las maletas le hacía a la mía una llave de lucha libre antes de tirarla literalmente en el cochecillo que las lleva para dentro. Cuando la recogí pregunté en información cómo llegar a Cannes, recomendándome que fuera a la estación de autobús que estaba integrada en el aeropuerto.

En la estación del bus compré un billete directo de ida y vuelta en la línea 210 por 25´50€ que tardaba según el papel unos 30 minutos en llegar, parando justo delante de mi hotel. Luego fueron 50 minutos, pero me dejó en la puerta. Hay otra opción más económica que es coger un tren, pero la estación está por Niza y había que buscarla, y además, al llegar me dejaba lejos del hotel, por eso vi mejor lo del bus aunque fuera un poco más caro.

Alojamiento en Cannes

El hotel en el que estuve se llama Holiday Inn Garden Court, de tres estrellas, situado en la calle llamada Boulevard Carnot, que atraviesa Cannes de arriba a abajo. Aunque esto también me lo incluía el viaje, en los papeles vi que dos noches en este hotel salen 420€ en habitación individual. Es caro, pero para la fecha que era es normal que cueste eso. Además que estaba muy bien, todo muy limpio y cuidado, con televisores nuevecitos como se puede ver en las fotos:


Como llegué casi a las 14:00, dejé las cosas y salí a una tienda grandecita al lado del hotel que vendían todo tipo de comida preparada. Elegí para almorzar un bocadillo de lomo con lechuga, tomate, mayonesa y queso camembert. Eso junto con una lata de CocaCola me salió por 5´10 €, que para lo grande que era el bocadillo y lo cargado que estaba lo vi muy bien.

Festival de publicidad de Cannes

Almorcé, me organicé un poco y salí en dirección al Palais des Festivals recorriendo el Boulevard Carnot. En teoría estaba cerca del hotel, pero fueron 35 minutos andando cuesta abajo (miedo me daba la vuelta cuesta arriba...). Durante el camino pude ver un par de Lamborghinis, algún que otro Mercedes descapotable, un Mustang, y el Audi que llevaba Iron Man en la primera película. Además, en las numerosas inmobiliarias que había en esa calle pude ver que como media, un piso de 100 metros cuadrados sale por medio millón de euros. Por lo que se ve parece que hay poder adquisitivo en Cannes, cosa que comprobé al llegar al puerto deportivo cerca del Festival.



Me pasé la tarde dentro del Palais en ponencias, exposiciones, etc, en las que me regalaron revistas, una bolsa bandolera para la documentación, y una camiseta del Festival.

 


Cuando salí a las 20:00 me di una vueltecita breve por el paseo marítimo y saqué unas fotillos:




Empecé a subir la cuesta de vuelta. A los dos pasos pasé por una parada de autobús, miré, y vi que había uno que iba desde allí hasta casi el hotel. Lo esperé, subí y en 10 minutos por un euro que me costó ya me había ahorrado subir la cuesta.

Al llegar le pregunté al recepcionista por un sitio para cenar. Me dijo que a esa hora ya estaba todo cerrado, que lo normal era que los comercios y bares cerraran sobre las 19:30. Por suerte pude pedir una pizza mexicana en “Mister Pizza” que me llevaron a la habitación junto con una botella de agua. Todo por 11 € propina incluida. La pizza era grandecita, y además estaba bastante buena y cargada de cosas. Eso la convirtió en opción para el día siguiente.

Como a las 10:00 quería estar en el Festival, bajé a desayunar a las 8:30 para estar más que listo a las 9:30 y aprovechar el bus gratuito que ponía el hotel para los asistentes al Festival. El desayuno estuvo muy bien, había para beber café, leche, zumo de naranja y manzana, y agua. Y para comer había cereales, fruta, y pan para ponerle mantequilla, mermelada, queso y jamón york. 

Young Lions Cannes

Con el buen gesto del hotel de poner el bus me ahorré el paseito hasta el Festival. Al llegar fui a la planta baja, a la de Young Lions, en la que asistí a una ponencia sobre como vivimos en un mundo en versión Beta, ya que todo lo que hay se puede mejorar. Estuvo bastante bien, he buscado pero no consigo dar con el nombre de quien la daba.

Al finalizar, por cortesía de Youtube me tomé un zumo de plátano y fresa bastante rico mientras bicheaba por internet y preparaba la siguiente parada del día. Esa parada sería a mediodía, en la ponencia de Marcos Medeiros de BBDO, a la que luego seguiría la conferencia "Growth needs space" de BBH, y la entrega de premios a los futuros leones.



Antes de eso, me di una vuelta por las salas de proyección en las que permanecí por lo menos dos horas viendo los spots que componían la shortlist del Festival. Las salas eran impresionantes. Ver una película en ellas tiene que ser una gozada, sobre todo por la comodidad de los asientos.

La sala que más me gustó fue la conocida como Gran Salón (o algo así, estaba en francés y no lo entendí muy bien) en la que hice un cálculo aproximado de que entraban más de 500 personas.

De todos los spots que vi me gustaría destacar unos cuantos:



Las salas estaban emitiendo de forma cíclica los spots, así que cuando ya no pude más con el hambre salí y fui a un supermercado cercano llamado Monoprix. Allí me compré un bocadillo bastante grande y una botella de medio litro de un refresco que se llamaba “agua vitaminada”. Según la etiqueta con eso te tomas mucha más cantidad de vitaminas que las que se recomiendan al día (además estaba bueno). Todo me salió por 5´10 €, nada caro para estar donde estaba situado.

Al acabar estuve viendo las galerías de gráficas, online y exterior, entre otras categorías, de las que destaco las siguientes piezas:




Tras eso me pasé de nuevo por las salas de proyección, en las que estuve una horita más. Luego me pasé por la sección de revistas y cogí bastantes (en total he traído casi 10 kg de revistas), ya que allí se encontraban revistas de diseño y creatividad de otros países que no se comercializan en España, y para una vez que las veo y encima las regalan, tenía que aprovechar.

Me dieron casi las 21:00 de la noche, y ya no pasaba el bus del hotel. Volví a coger el autobús de línea que tardó media hora en llegar y que me costó el euro que esperaba. Lo sorprendente es que eran las 21:00 y las líneas ya habían acabado, lo que cogí era el servicio nocturno (lo que en España suele estar a partir de las 0:00 en algunas ciudades).

Cena a domicilio en Cannes

Como el día anterior, no tuve más remedio que recurrir a “Mister Pizza”, pero esta vez pedí la pizza océano, para variar un poco. Como al pizzero se le olvidó el agua, pagué 9 € por la pizza y tuve que bajar a recepción a comprar una botellita de medio litro por la que me clavaron cobraron 2´5€. Tras el banquete estuve planeando un poco el día siguiente, que como tenía el checkout a las 12:00 pensé mejor en levantarme con tranquilidad, recoger, dejar las maletas en recepción y hacer un poco de turismo, ya que el Festival cogía lejos, los buses tenían unos horarios malos por ser sábado, y además, todo lo que hiciera lo tendría que dejar a medias para volver al hotel a por el equipaje.

Qué ver en Le Cannet

El recorrido turístico empezó en la parada de la línea 1, que por un euro me iba a llevar al centro de Le Cannet. A mitad de camino el bus paró y nos cambiaron a un minibús porque por la inauguración de un museo habían cortado calles y el bus grande no cabía por el nuevo recorrido.

Para llegar al centro atravesé el Parque Des Orengers, en el que había un monumento a la República. Saliendo del parque, vi que como atractivo a la inauguración, habían preparado una exposición de coches antiguos de los que saqué las siguientes fotos:






Para amenizar, había gente disfrazada de época y cantando por las calles como se puede ver en estas fotos.



Visité la iglesia de Notre Dame de Vie y luego me adentré un poco por las calles más antiguas de Le Cannet, llenas de restaurantes y tiendas con mucho encanto. Durante el paseo saqué varias fotos de las calles:






Pasé por fuera de la Capilla de Saint Bernardine y de la iglesia de Sainte Catherine de Alexandria, aunque estaban cerradas y no pude entrar.

A partir de ahí empecé a andar descendiendo la montaña en la que se encuentra Le Cannet, pasando por muchas callecillas y por el parque Square Abanel (creo que este no era el nombre), en el que vi un monumento a Louis Braille.

Antes de llegar al hotel fui a la tienda donde compré el bocadillo el primer día, repitiendo menú por 5´10 € (por ser el último día y antes del viaje, más valía conocido que por conocer). Recogí las cosas del hotel, del que debo decir que tuve una buena estancia, todo estaba muy nuevo y limpio, era acogedor, cuidaban de los pequeños detalles y el personal se mostró siempre bastante amable. Un 10 para el hotel.

De vuelta a Madrid

Andé un poco hacia la parada del autobús del aeropuerto, que estaba a unos 10 minutos del hotel (andando cuesta arriba), justo en la puerta de una pequeña oficina de turismo. El camino de vuelta fue más rápido, en 30 minutos ya estaba de nuevo en el aeropuerto de Niza. Tras facturar, pasé el filtro de seguridad y me compré una botella de Lipton Ice Tea de medio litro por la que me clavaron cobraron 3´80 €. Los bares de los aeropuertos son así. O eso o sediento.

El avión de Air Nostrum iba arrastrando retraso del vuelo anterior, por lo que salimos casi una hora más tarde de lo previsto. Lo mejor del aeropuerto de Niza es que tenía un sistema de Wifi que te dejaba conectar media hora seguida, aunque si apagabas, volvías a empezar la cuenta desde cero.

Llegué a Madrid y desde que aterricé hasta que conseguí coger mi maleta pasó una hora más. Bastante mal por parte de quien fuera, no sé si la compañía, Aena, o quien vaya retrasando tanto las cosas. Como sabía que podía pasar esto, había reservado por precaución el AVE para el día siguiente, día en el que me llevé una sorpresa al entrar al tren. Me decía el revisor que el billete que yo tenía sacado con la tarjeta Euro26 no valía, ya que era para menores de 26 años. Le expliqué que eso era antes, que desde el año 2008 habían ampliado la Euro26 a 30 años, aunque no le habían cambiado el nombre. Me decía que no, que eso no era así, que tenía que abonar la diferencia. De todas formas me dijo que pasara y que ya pasaría por mi vagón a cobrarme. No se pasó, aunque por si acaso me prepararé un argumento para no solo no pagar los 20€ que me reclamaba, sino para que además Renfe me tuviera que pagar a mi 12´50€. (De todas formas en la web pone "Carnet Joven <26" (que solo es el nombre del carnet), no dice nada de "menores de 26).

Tras llegar de vuelta a Sevilla, toca evaluar el viaje, que aunque me lo he pasado bien, no creo que de verdad yo me gastara tanto dinero para lo que es. La mayoría de gente que está en el Festival es porque sus empresas se lo costean, no porque ellos lo paguen. Sería una locura, ya que en dos días y medio el gasto es prácticamente de más de 1000€, y eso para el ciudadano medio como yo es inasequible. Eso sí, si quien lea esto tiene la oportunidad de ir con su empresa, que no la desaproveche, que a gastos pagados ya se ve todo desde otro prisma.

Espero que esto que he vivido sirva de guía para quien quiera visitar Cannes, que si no le interesa ni el cine ni la publicidad, mejor que lo haga en temporada baja, todo será más económico.

Un saludo!!

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